Las metas cumplidas ¿Qué vamos a hacer sin Molineros?
Le conocí un día de esos, hace ya varios lustros, cuando intentaba obtener una atención para mi padre que luchaba entre la vida y la muerte en una cama del Seguro Social. Recuerdo que hablé con el director de aquellos años (Almazán, creo) y en atención, pidió que un médico del cuarto piso revisara a aquel paciente que luchaba por sobrevivir. Cuando el eficiente médico acudió a revisar a mi padre –quien por cierto libró esa batalla- el especialista me dejó dicho que para él todos los pacientes eran iguales, que se atendían con la misma calidad y que no había necesidad de que se hablara con el director. Luego le conocí en persona y le admití su razonamiento, pero le hice ver que cualquier familiar de paciente enfermo recurriría a cualquier medio para tratar de que se obtuvieran resultados. Enseguida vinieron las obligadas citas médicas, con el correr de los años surgió un fuerte lazo de amistad. Luego fue el médico de mi madre hasta el último día en que ella dejó de existir. ...