#Covid19 El dolor de morir. Crónica de una enfermedad egoísta


Fueron diez. Me dijo ese día mi fuente de información. El número hacía referencia a los decesos de personas con coronavirus.
Me quedé impactado por la cifra. ¡Diez son muchos! En una sola jornada.
Imaginé el número de muertos que debieron ser amontonados en la pequeña sala que tiene el Seguro Social en la que, en condiciones normales, los familiares tienen que vivir ese terrible proceso de identificar a los cuerpos, minutos después de que estos han dejado su último aliento. Me pasó cuando identifiqué hace varios años, primero a mi padre y años después a mi madre. Es un golpe anímico impactante.
  • Debe ser frustrante para el equipo médico ver tantos muertos en un solo día. Pienso en su ansiedad e impotencia. Le dije en las conversaciones que tenemos regularmente por medio de mensajes.
  • “Sí”. Me contestó.
  • “¡¡Genera ansiedad y estrés postraumático!!”
  • ¿Tiene algún nombre ese proceso de enfrentar esa impotencia? Le pregunté.
  • “Distimia. Trastornos en el estado de ánimo en el cuerpo de médicos y enfermeras”. Dijo del otro lado de la línea.
Y no es que no confiara en su explicación, pero como era un término nuevo para mí, que no utilizo lenguaje médico, por lo que recurrí al método de ‘googlear’, tan socorrido para intentar solucionar la ignorancia que arrastramos los que nos dedicamos a intentar escribir historias.
Distimia: “La distimia, también llamada trastorno distímico, se define como un tipo de trastorno afectivo o del estado de ánimo que a menudo se parece a una forma de depresión mayor menos severa, pero más crónica. Sin embargo, las personas que tienen distimia también pueden experimentar a veces episodios de depresión mayor”.
Luego las conversaciones han seguido puntuales. Todas ellas tienen que ver con el #Covid19.
Hablamos del desorden de la sociedad que tiene bastante movilidad y que ha ubicado a Guasave dentro de las regiones con más contagios y muertes. Tanto, que la Secretaría de Salud en sus conferencias diarias, dejó el dato actualizado hasta el 6 de julio van 191 guasavenses muertos por esta terrible pandemia, solo por debajo de Culiacán y Ahome.
Así han pasado los días de esta contingencia sanitaria.
En estos días de conversaciones me ha dicho que hay jornadas de 94 hospitalizados, y muertos, muchos muertos que en tiempos normales no son tantos, pues según la fuente, cuyo nombre omito, en el IMSS de esta ciudad (Guasave), los días más críticos son de tres a cuatro decesos e incluso hay ocasiones en que la muerte no recorría los pasillos de los cinco pisos de este edificio.
Antes las actas de defunción eran por embolia, infarto, neumonía, accidentes viales, por diabetes con sepsis descontrolada, etc.
Ya van más de cien días de confinamiento para quienes tienen oportunidad de hacerlo.
Ha pasado la primavera con todos sus días, ha llegado el verano con su calor infernal, y las noticias en los medios es esa: Cuántos casos más de Covid19 y cuántos decesos por esa causa.

Las redes sociales se han convertido en un enorme obituario, el mismo que antes era una especie de veta en los medios impresos y que se vendían en cuartos, medias o planas completas, según el estatus de la persona que moría.
Hoy no. La red social permite expresar los sentimientos y dar un sentido adiós. El ‘Face’ se ha convertido en un potente diario de esta pandemia.
Así he despedido a mis amigos y conocidos. Así he visto llorar a grandes amigos cuando notifican la muerte de su tío, abuelo, hermano o padre.
Han sido días largos, de ver cerrar círculos en las familias que han perdido incluso hasta su capital para la compra de medicamentos que se han vuelto caros o escasos, ni decir de los costos de los funerales. El otro día una amiga me mandó una copia de factura: 10 mil 995 pesos, incluyendo IVA, por “cremación, urna básica cruz”, la había pagado para que cremaran el cuerpo de una joven que murió de covid.
Utilizaré una frase de mi principal fuente de información, quien me dice que esta pudiera ser la crónica de una enfermedad egoísta, que nos desanima a ser solidarios, evita abrazar a nuestros seres queridos y estar cerca del amigo que ha partido, porque nos ha amenazado, como escribía García Márquez: ¡Mueres por el contagio o mueres de miedo! El escritor colombiano, que en el ‘Amor en los tiempos de cólera’, señalaba puntualmente que: “Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor”. De ese tamaño debe ser los miedos que se enfrentan aquellos que mueren en soledad.
Si hay tiempo, seguimos documentando.

Comentarios

  1. Bien René, un excelente relato. Comparto.

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  2. Excelente crónica sobre la triste realidad del covid-19. Dios nos permita leer la segunda parte. Saludos Rene!!

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