Los estertores del PRD

La opción de la izquierda (PRD)  la conocí por mi padre (qepd), aquel hombre serio, callado pero con ideales bien firmes. Justo, luchón, trabajador. En ese partido tengo amistades sinceras, algunos todavía románticos, y les he seguido de cerca, por eso es que en sus 28 años de existencia decidí escribir algo sobre ese partido que hoy, parece estar en los estertores de su vida democrática. Dando su último aliento.
Quienes vemos desde fuera el acontecer político y social de este país que por momento parece desgarrarse, no nos acostumbramos al observar el comportamiento de la clase política de ese y los otros partidos, que, por migajas (en algunos casos no tan poquitas) ceden a sus ideales para establecer acuerdos o alianzas que los han llevado a la derrota política, esa que se da en las urnas, cuando los ciudadanos les dan la espalda.
Veamos el caso Sinaloa y Guasave en lo particular.
El PRD rentable, de opción ciudadana le vimos batallas fuertes, como las del 2001, cuando el priista Raúl Inzunza (luego perredista), sentía el fantasma de la derrota frente a Audomar Ahumada, un candidato perredista. Nada pasó, el PRI se impuso con 40 mil 610 votos frente a su opositor de izquierda que alcanzó los 33 mil 815 sufragios.
En el siguiente periodo electivo, el 2004, los perredistas empiezan a ver su declive, el PRI se vuelve a imponer con 47 mil 076 votos, el PRD sólo alcanzaba 18 mil 080 sufragios, mientras que el PAN, con Juan Luis de Anda superaba los 33 mil votos. Los guasavenses esperaban un cambio, pero este no llegaría solo, sino que requería de alianzas.
En el 2007 el PRI recibía otra llamada de una posible derrota. Su candidato Jesús Burgos logró ‘tinto en sangre’ una victoria que se alcanzó en los tribunales. Aquel entonces el tricolor  se impuso con 49 mil 378 votos contra los 48 mil 919 que alcanzó el convertido Armando Leyson Castro que había mandado a volar a los priistaas. El PRD apareció sólo como comparsa con Feliciano Castro, un candidato que jugó el papel de fantasma.
Luego vino el 2010, cuando la alianza PAN, PRD no pudo llevar a Leyson y perdieron frente al PRI que presentó una opción que los oxigenó con la candidatura de Ramón Barajas.
Enseguida el 2013, cuando el PRI vivió la noche más triste ya que perdieron las elecciones frente al opositor Armando Leyson, el expriista que regresó al poder y cuyos resultados ustedes lo saben bien, tanto que lo juzgaron en las urnas.
Ahora, más recientemente, en el 2016, el PRD no alcanzó los tres mil votos y se convirtió en una especie de desaparecido político, tanto que ni una regiduría alcanzó.
Esa es pues, la radiografía de un partido al que ya no se le ven posibilidades. ¿Será por eso que sus huestes ya empiezan a abandonar ese barco y brincan a una posibilidad como lo es MORENA?
Se los comento por esa extraña reunión efectuada la semana pasada en  donde Juan Figueroa, -ex funcionario del gobierno Malovista y quien gozó de las mieles del poder durante todo el sexenio-, estuvo acompañados de connotados perredistas,
Esa es la radiografía de un partido y sus huestes, que lo empiezan a dejar.

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