El año que se va, para no olvidar…

 


Intenté buscar las palabras más utilizadas durante el 2020, pero finalmente me decidí en escribir sobre lo que nos ha tocado vivir de manera personal este año, que efectivamente nos sorprendió, tanto que en esta 'temporada de muertes' se fueron amigos y familiares sin siquiera tener la oportunidad de decirles adiós.

Este ejercicio lo hago, no para acumular lecturas en mi blog,  --que por cierto, gracias por mantenerlo con un nivel más que aceptable en sus participaciones--, sino para que quede registro de estos días y noches tan largas. Hasta hoy se han acumulado 308 reportes diarios que nos da a conocer lo terrible de esta pandemia que ni siquiera imaginamos en nuestras peores pesadillas.

Hasta ayer, según la Secretaría de Salud, habían muerto 4 mil 208 sinaloenses, de esos, 483 son guasavenses, todos ellos a consecuencia el #Covid19.

En esos 308 días han pasado y hemos enfrentado situaciones terribles. De lejos miré a amigos que se fueron, sufrí al enterarme de la muerte de familiares o de padres de entrañables compañeros, muchos de ellos con trato de familia, por las circunstancias del trabajo.

Largas noches de insomnio, en donde pasé solo escuchando el tic-toc, tic-toc, tic-toc, del viejo reloj ubicado en la pequeña sala de mi casa.

En esta pandemia sufrí de una parálisis facial, de la que se enteraron algunos de mis amigos, lo que motivó estudios llenos de miedos, por la posibilidad de contagiarse del virus.

Hice una larga pausa necesaria en mi trabajo.

Luego a la realidad, a intentar hacer lo que medianamente hago más o menos bien: Reportear y escribir, aunque en ello se enfrenten situaciones adversas a las que por supuesto se está acostumbrado.

Este año que se va nos deja muchas lecciones, a mí, me vuelve a decir que a pesar de las adversidades, tengo amigos, los suficientes, para seguir conversando, discutiendo en torno a una taza de café --y si es en La Campiña, con la atención siempre amable de la señora Mina, mucho mejor--, por WS o con unas bebidas embriagantes (pocas), pero sin este frío que pega y por supuesto la familia que nunca nos deja caer.

A partir de mañana llega otro año y no será por arte de magia que se solucionen los problemas, no, con la llegada del 2021 no se acaba el #Covid, ni dejamos de ser pobres. Hay que seguir en la talacha, construyendo.

Viene un año electoral, con nuevos o los mismos personajes que tratarán de gobernar a Sinaloa y a Guasave.

A quienes por alguna razón me tienen con pensamientos negativos, les digo que no soy una persona que acostumbra a tener enemigos, mi naturaleza nunca ha sido bélica. En este punto siempre aplico una frase muy socorrida: Nada es para siempre en este mundo… ni siquiera nuestros problemas. Por eso quisiera que llegue rápido el 2024, y no para que acabe el sexenio, sino para tramitar mi pensión (jejejejejj), bueno, si es que Dios y la pandemia nos lo permite.

Gracias a todos por leerme y compartir sus comentarios, aunque estos sean en inbox. Muchos no le dan 'laic'  a lo que escribó, créanme que los entiendo. Síganme alimentando con sus reacciones, siempre respeto la confidencialidad.

A todos les deseo un buen año. El 2021 no puede, ni debe ser peor que este que se va, y al que no debemos olvidar, por las enseñanzas que nos está dejando.

Y si puede: Quédese en casa, los días necesarios. Hay quienes lamentablemente no podemos.



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